De acuerdo a un informe de la División Antidrogas de la Policía Federal, actualmente se venden en México 15 tipos de drogas sintéticas: LSD, Mescalina, Proscalina y DOC, cuyo costo es de 130 pesos la pieza y 200 pesos el gramo, dependiendo de la sustancia.
De acuerdo a la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de Estados Americanos (OEA) hay un incremento de esta actividad de manera electrónica y que en los últimos 10 años se detectaron en el mundo más de 700 nuevos tipos de sustancias psicoactivas altamente tóxicas, 400 de las cuales se comercializan en el llamado internet oscuro (dark net).
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) identificó que los cárteles Jalisco Nueva Generación, de Sinaloa, Los Zetas y del Golfo utilizan este mecanismo para incidir en Estados Unidos.
El perfil de los consumidores mexicanos es de personas de entre 17 y 32 años de edad, los llamados millennials, sin antecedentes penales, con nivel socioeconómico medio o alto y conocimientos de informática, quienes ocultan su identidad en la red. Pagan la droga con tarjeta de débito o crédito, transferencia online, transmisores de dinero, criptomonedas y muy rara vez lo hacen en efectivo.
La entrega de la mercancía se realiza a través de empresas de paquetería y personalmente. Cuando se opta por la segunda opción se concreta en vehículos, plazas comerciales, panaderías o en alguna estación del Metro.
Los proveedores envían la droga envuelta en boletos, hojas y sellada en bolsas herméticas o al alto vacío.
De acuerdo a laa División Antidrogas de la Policía Federal, los grupos delictivos que realizan esta actividad operan en la Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Puebla, Oaxaca, Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Sinaloa y Quintana Roo. Desde esas entidades realizan envíos a todos los estados de la República Mexicana, incluso a otros países como Estados Unidos, Guatemala, Ecuador, Perú y Chile.
Los precursores químicos utilizados para cápsulas, tabletas y polvos provienen de laboratorios clandestinos de China, España y Holanda, donde se fabrican las nuevas sustancias sicoactivas que están de moda en el mundo.
Los operadores de las páginas de venta contactan a sus clientes por medio de mensajes privados en Facebook y les explican sus productos en existencia, así como los precios. Cuando un cliente selecciona una sustancia, el vendedor le solicita domicilio: número telefónico y nombre para el envío.
A su vez, el vendedor proporciona número de cuenta para el depósito y solicita una imagen del comprobante de pago. Posteriormente, el vendedor manda número de guía o una imagen del comprobante de envío; en caso de que la entrega sea personal, piden características físicas y la vestimenta.
Cuando el producto se envía por paquetería se empaqueta de manera discreta, asegurando que llegue a su destino en uno o dos días. Si el producto es retenido en aduana, los vendedores cibernéticos lo reenvían al cliente totalmente gratis.
La Policía Federal asegura que hay un rápido desarrollo, proliferación y diversificación de este mercado, debido a que la compra de enervantes es sencilla y visible. “Una vez reguladas, podrían pasar a la dark net”, consideró