Guerrero volvió a ser epicentro de un episodio manchado de sangre, un acto de terror al difundirse que policías de Chilpancingo son los probables responsables de la desaparición de 7 jóvenes, dos de ellos hallados muertos.
De ahí que el académico Rolando Cordera Campos calificara los hechos como una barbarie, según su columna publicada en el diario La Jornada: “Lo que yo sentí y razoné, si es que tal cosa es posible en esas circunstancias, es que se constataba una terrible sospecha: que vivimos en y bajo la barbarie y que ésta impone sus códigos y criterios para ordenar la vida de todos y no sólo de los que viven de manera inmediata bajo su yugo”.
De acuerdo al especialista, cuando ocurrió el horrendo crimen de Iguala, “pensé que el Presidente debía pedir al Senado la declaración de desaparición de poderes en ese estado, como una condición para que el Estado pudiera actuar con legitimidad y soltura y esclareciera las responsabilidades de los diversos cuerpos represivos involucrados. No ocurrió así y a partir de entonces vino la avalancha de descrédito del Estado y el Presidente que define la situación hasta la fecha”.
“En fin, que Guerrero no tiene fin y ahora tenemos enfrente el sacrificio inaudito de siete muchachos que o andaban de fiesta o venían de alguna. Y fueron parados por unos policías que optaron por otra cruel y sangrienta ceremonia. Por qué y para qué son preguntas fútiles. Porque como me dijera alguna noche don Julio Scherer en una entrañable cena en casa de David Ibarra y con la inolvidable compañía de Roberto Morales, se trata simple y horrendamente de la barbarie… Sin más, sin adjetivos, un sustantivo de horror y pavor”, relató Rolando Cordera.
Conoce el texto completo de Rolando Cordera: Barbarie