Tras las voces que rechazaban la primera versión de la Fiscalía de Guerrero, sobre la supuesta relación de los sacerdotes asesinados en Taxco con miembros del crimen organizado; ahora la dependencia rectifica y niega tal vínculo.
En conjunto, el gobierno estatal y la Fiscalía General del Estado deslindaron a los sacerdotes Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes de vínculos con la delincuencia organizada y de los conflictos se suscitaron la madrugada del 5 de febrero en una fiesta en Juliantla, antes de que fueran asesinados en Taxco.
De acuerdo a la nueva versión dada conocer por el vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, y el vicefiscal de Investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE), José Antonio Bonilla Uribe, cuando los sacerdotes salieron alrededor de las 3:30 de la madrugada del baile al que acudieron hubo otro incidente de tránsito y que detonó la agresión con armas de fuego.
De acuerdo al anuncio oficial, “por peritajes y diversos testimonios se sabe que en el punto conocido como Soni Gas en la carretera Taxco-Tehuilotepec un vehículo dio alcance a la camioneta en la que viajaban los hoy occisos y sus acompañantes, disparándoles sobre la misma trayectoria del vehículo agresor mientras hacía el rebase”.
Así, queda sepultada la primera versión emitida por el fiscal Javier Olea Peláez, quien afirmó que los sacerdotes fueron asesinados porque los agresores ubicaron al padre Germaín Muñiz como parte de otro grupo delincuencial, por fotografías donde posa portando un arma larga y con hombres armados y encapuchados.
Con información del periódico El Sur.