La lujosa ciudad de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos (EAU), se convirtió en los últimos años en un destino de inversión para personas enriquecidas con capital criminal, sancionados por el Departamento del Tesoro de EEUU.
Entre estas personas se encuentran contrabandistas de material nuclear, patrocinadores de conflictos armados, cleptócratas, lavadores de dinero y terroristas financieros. Uno de estos personajes es el mexicano Hassein Eduardo Figueroa Gómez, un empresario de Jalisco que junto a su padre, Ezio Benjamín Figueroa Vázquez, fue identificado como cabecilla del narcotráfico por la Ley Kingpin en 2012, asegura una investigación publicada por El Universal.
El informe Sandcastles-Tracing Sanctions Evasion Through Dubai’s Luxury Real Estate Market, de la firma privada Centro para Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS), ubicada en Washington, Figueroa Gómez y Figueroa Vázquez fueron acusados por el gobierno de EEUU de traficar toneladas de precursores químicos de Europa y África subsahariana hacia México, para venderla a cárteles con objeto de producir metanfetaminas.
Ezio Benjamín Figueroa Vázquez se encuentra encarcelado en EEUU, luego de que fue detenido en México en 2011 y extraditado, mientras que Hassein Eduardo Figueroa Gómez sigue prófugo; pese a ello, señala C4ADS, “parece haber utilizado a Dubái como base para continuar sus actividades comerciales”, mediante transacciones por al menos 4.34 millones de dólares en bienes de lujo.
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