“El gobierno de Enrique Peña Nieto deshizo la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), un gravísimo error porque le dio más facultades a la Secretaría de Gobernación y la convirtió en un monstruo ingobernable” al servicio de intereses políticos”, afirmó el virtual secretario de la refundada SSP Alfonso Durazo.
“Existe el riesgo de que teniendo a mano las atribuciones de seguridad la uses con propósitos políticos, como sucedió, por ejemplo, con la inteligencia del país, que se hizo un uso faccioso”, señaló y agregó: “Actualmente el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) es un órgano totalmente deslegitimado, que tendrá que desaparecer para dar lugar a una institución desligada a esas prácticas y de esos vicios que pudieron la inteligencia del país al servicio de intereses políticos, personal, de grupo o de partido”,
En entrevista con la periodista Carmen Aristegui, Durazo explicó que la institución que sustituya al (Cisen), tendrá “una nueva filosofía, nuevas prácticas, una nueva doctrina y un nuevo marco jurídico más riguroso que sancione desviaciones en el uso de los recursos del Estado en materia de seguridad. Parte de la crisis de inseguridad que vivimos en México tiene que ver con este uso perverso de las instituciones”, añadió.
Según su análisis, la corrupción está asociada con la inseguridad porque genera impunidad: “de cada 100 delitos solo uno termina en sentencia absolutoria o condenatoria”, o sea que “un criminal tiene 99% de posibilidades de salir ileso de su acto” y eso se traduce en inseguridad”.
Sobre la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles para realizar tareas de seguridad pública, Durazo Montaño expuso que lo primero que se plantea es combatir la corrupción, ya que “con estos niveles no podemos tener órganos de seguridad limpios que estén al servicio de la ciudadanía”.
Asimismo, añadió, se le dará capacitación y profesionalización a los elementos de seguridad pública para formar cuadros que relevarán a los militares que están desarrollando tareas de seguridad pública, para que puedan regresar a los cuarteles. Recordó que en 2006 el presupuesto de seguridad era de 6 mil millones de pesos y se ha incrementado hasta llegar a 60 mil millones de pesos; sin embargo, ha crecido la inseguridad, lo cual indica que “estamos gastando mal el recurso”.
Otra tarea será redefinir prioridades presupuestales para destinar el gasto de una manera más eficaz, pero sobretodo generar ahorros que permitan financiar el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de la policía”, abundó.