Los dirigentes de las dos Coreas, Moon Jae-in y el líder norcoreano, Kim Jong Un, se comprometieron este viernes a trabajar por la desnuclearización de la península y por una paz permanente, durante una cumbre histórica en la Zona Desmilitarizada.
Tras un simbólico apretón de manos en la frontera, el líder norcoreano afirmó que Corea estaba en «el inicio de una nueva historia» y afirmó sentirse «embargado por la emoción» al convertirse en el primer dirigente norcoreano en pisar territorio surcoreano desde la guerra de Corea (1950-1953).
«Corea del Sur y Corea del Norte confirman el objetivo común de obtener, a través de una desnuclearización total, una península coreana no nuclear», se estableció en la llamada Declaración de Panmunjom, el acuerdo firmado tras la reunión, que proclama que «no habrá más guerra en la península de Corea».
Kim y Moon se dieron un abrazo poniendo fin a una jornada de declaraciones de amistad. Incluso dijeron que quieren reunirse con Estados Unidos, y tal vez también con China (firmantes del armisticio que puso fin a la guerra hace 65 años) «con vistas a declarar el fin de la guerra y establecer un régimen de paz permanente y sólido», pues como nunca se firmó un tratado de paz, ambos países siguen técnicamente en guerra.
«Sur y Norte han confirmado su meta común de lograr una península libre de armas nucleares a través de la completa desnuclearización», concluye la declaración conjunta firmada por ambos líderes al término de sus conversaciones.