A 10 días de la detención de Vincent Ramos, dueño de la empresa canadiense Phantom Secure, ya se conocen más detalles de su trabajo como autor de un sofisticado sistema de seguridad para cerca de 20 mil teléfonos que impedían su rastreo y permitían mensajería encriptada en celulares Android y BlackBerry.
Según datos obtenidos por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) a partir de su captura, miles de estos teléfonos inteligentes encriptados se vendieron al cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo Guzmán” hasta su detención y extradición a Estados Unidos, y lo cual permitía a estos permanecer fuera del radar de las autoridades.
Phantom Secure modificaba los móviles, como deshabilitar la cámara y el navegador; y encriptaba todo su sistema operativo antes de venderlos a miembros del cártel de Sinaloa.
Para el FBI, Vincent Ramos estaba enterado del tipo de personas a las que les vendía sus productos, al grado de que sus dispositivos tenían la capacidad de eliminar a la distancia todos los datos que pudieran incriminar a sus propietarios.
Incluso, también se instalaba el software Pretty Good Privacy (PGP), que les permitía enviar mensajes encriptados a través de servidores en el extranjero, lo que complicó las tareas de inteligencia en contra de la red de narcotraficantes.
Hasta el momento se desconoce cuántos de esos teléfonos están en manos del narcotráfico en México; el dato total es la modificación de 20 mil smartphones activos al rededor del mundo.