La tensión en el mundo creció, luego que aviones israelíes atacaran objetivos militares de Irán en Siria, como reacción a un lanzamiento de misiles sobre los Altos del Golán, que Israel adjudicó a Irán. “Irán cruzó una línea roja. Nuestra reacción fue una consecuencia”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu en redes sociales.
“Hemos golpeado casi toda la infraestructura iraní en Siria. Deben recordar que si llueve aquí, diluviará afuera”, declaró el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman.
De acuerdo al gobierno de Israel, Irán lanzó 20 misiles contra sus posiciones en los Altos del Golán, un territorio sirio absorbido por Israel tras la guerra de 1967. Al respecto, el gobierno iraní descartó cualquier relación con dicho ataque. Este país también denunció la “agresión” ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) y pidió a las potencias que exijan a Teherán la salida de sus fuerzas militares de Siria.
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los ataques israelíes dejaron 23 muertos en Siria. El ejército sirio, en cambio, habló de tres fallecidos y dos soldados heridos.
El Comité de Seguridad del parlamento iraní desmintió la participación de ese país en los ataques con misiles contra puestos militares israelíes, declaró el portavoz del comité Mohammad Nobandegani.
En Washington, la Casa Blanca dio su respaldo a Israel y condenó los “provocadores ataques con misiles del régimen iraní”.
En Europa, las reacciones fueron diferentes. El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, urgieron a Israel e Irán a poner fin a la escalada.
Londres también condenó el ataque pero alegó que Israel tiene derecho a autodefenderse. “Pedimos a Rusia que utilice su influencia en Siria para impedir nuevos ataques iraníes”, dijo un portavoz gubernamental. Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, calificó las tensiones entre ambos países como inquietantes y una “tendencia bastante alarmante”.