Es oficial, el Senado de Estados Unidos nombró a Gina Haspel como nueva directora de Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés), su llegada se da en medio de críticas por su vinculación con las torturas infligidas a sospechosos de terrorismo tras el 11-S.
Haspel, quien acumula tres décadas de trabajo en la agencia de inteligencia, fue designada gracias a que varios legisladores demócratas terminaron por aceptar su candidatura, tras un arduo cabildeo emprendido por la agencia recientemente.
Esto porque jugó un papel controvertido durante las investigaciones posteriores a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, pues habría estado involucrada en la tortura de presuntos terroristas tras los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York, emprendido por el grupo islámico Al-Qaeda.
También habría estado relacionada con la creación de cárceles secretas en las que se presume se realizaron interrogatorios bajo tortura.
Haspel habría sido beneficiada por la labor de convencimiento que realizaron, dos ex directores de la CIA, John Brennan y Leon Panetta, quienes persuadieron personalmente a algunos legisladores.