Estudiantes protestaron frente a Casa Blanca para exigir mayor control en adquisición de armas, luego de lo ocurrido el 14 de febrero en la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Florida, donde murieron 17 personas.
En turnos, distintos grupos de estudiantes se tiraron al piso de la Avenida Pensilvania, justo delante de la Casa Blanca, durante 3 minutos cada vez, para simbolizar el poco tiempo que tardó el autor del tiroteo de Florida, Nikolas Cruz, en comprar el rifle semiautomático AR-15 con el que perpetró la matanza.
Al quedarse inmóviles en el suelo, los estudiantes también querían representar a las víctimas de los numerosos tiroteos registrados en escuelas o centros educativos del país en los últimos años.