Aviones, yacimientos de petróleo y otros muchos aparatos industrializados que tienen costo de miles de millones de dólares están en juego para corporaciones internacionales por la intención del presidente estadounidense Donald Trump romper el acuerdo nuclear con Irán y las potencias mundiales.
Sin importar dónde están ubicadas, virtualmente todas las multinacionales tienen operaciones bancarias en Estados Unidos, por lo que un regreso a las sanciones previas al acuerdo pudiera perjudicar contratos hechos después del 2015, cuando se hizo la negociación.
Esa amenaza ha sido suficiente para ahuyentar a firmas reacias al riesgo, como Boeing Co., que han sido lentas en implementar acuerdos a los que se llegó hace meses. Una retirada completa de Estados Unidos crearía más caos y casi seguramente asustaría a quienes han considerado arriesgarse.
«Yo pienso absolutamente que aquellos indecisos no van a lanzarse», dijo Richard Nephew, ex experto en sanciones en el Departamento de Estado quien participó en el acuerdo nuclear y ahora trabaja en la Universidad de Columbia, en Nueva York. «Los únicos que lo harán son aquellos que ven un enorme beneficio financiero y no un riesgo en Estados Unidos».
El acuerdo nuclear del 2015 con Irán levantó las severas sanciones económicas que aislaron a Irán del mercado mundial de petróleo y la banca internacional. A cambio, Teherán limitó su enriquecimiento de uranio, reconfiguró un reactor de agua pesada para que no pudiese producir plutonio y redujo sus existencias de uranio y su suministro de centrífugas.
Para las empresas occidentales, el acuerdo significó acceso al mercado iraní de 80 millones de personas. Más prominentemente, los fabricantes de aviones se apresuraron a remplazar la avejentada flotilla civil del país.
En diciembre del 2016, Airbus Group firmó un acuerdo con la aerolínea nacional de Irán, IranAir, para venderle 100 aviones por alrededor de 19 mil millones de dólares. Boeing más adelante llegó a un acuerdo con IranAir para venderle 80 aviones por unos 17 mil millones de dólares, prometiendo entregas a partir del 2017 y hasta el 2025. Boeing además firmó un acuerdo con la iraní Aseman Airlines para 30 aviones por 3 mil millones de dólares.
Pero Boeing aún no le ha entregado un avión a Irán. El director general de Boeing dijo recientemente que entiende «los riesgos e implicaciones relacionados con el acuerdo aeronáutico con Irán», que sería el mayor acuerdo comercial entre una compañía de EEUU e Irán desde 1979.