Pese a ser un gadget de uso relativamente común, el GPS de algunos accesorios para hacer ejercicio, como la pulsera Fitbit, pudo convertirse en un enemigo silencioso y letal para Estados Unidos, pues dicho accesorio pudo revelar la ubicación de bases militares secretas.
Según el diario El País, dichos puntos estratégicos se muestran un mapa interactivo publicado en Internet por la empresa tecnológica Strava. En él se pueden observar los desplazamientos geográficos procedentes de los militares que utilizan estos accesorios para hacer deporte, normalmente correr, o han descargado su aplicación móvil.
Tal es la fidelidad de los datos, que en el mapa se registran mil millones de actividades y tres billones de puntos GPS a lo largo de dos años. El nivel de detalle es implacable. En zonas como Estados Unidos o Europa, donde se encuentran la mayoría de los 27 millones de personas que tienen una pulsera Fitbit o similar, hay amplias zonas iluminadas. Pero en otras partes, como Irak, Siria o regiones de conflicto en África, hay solo pequeñas manchas, lo que se relaciona con actividades de miembros de la milicia.
Hasta el momento, expertos en temas de seguridad señalan una clara vulnerabilidad con la situación, sin embargo el Ejército todavía no se ha pronunciado al respecto, pese que en 2013, según The Washington Post, el Pentágono distribuyó hasta 2 mil 500 de estas pulseras como parte de un proyecto para combatir la obesidad.
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