Jorge Nuño Jiménez
Reflexión en honor a Emiliano Zapata en su gira noche de su gira luna acecido el 10 abril de 1919, hace 99 anos, en la Hacienda de Chinameca, como un recordatorio a la causa que motivo la rebelión del héroe epónimo por la concentración de la tierra de aquel entonces
Recordar hoy al héroe suriano Emiliano Zapata no es inútil, recordar los agravios y postulados de la lucha por la tierra. Zapata convoca nuevamente a seguir cabalgando o pedaleando en bicicleta para trabajar por la injusticia en la que viven millones de familias, ejidatarios, comuneros y también pescadores, que si hacemos cuentas con cuidado probablemente sea el 50% de la población.
La herencia de Zapata y su lucha por la tierra y la justicia social, fueron los postulados que levantaron a pueblos enteros demandando se les tratara como seres humanos y dejar de ser peones acasillados o peones de hacienda, quienes no tenían derechos fundamentales y vivían, en un régimen de casi esclavitud avasallados por el hacendado que no respetaba y abusaba de los derechos mas elementales y violaba hasta sus hijas.
La anterior reflexión no debemos lanzarla al basurero de la historia en honor a este luchador que tomo las banderas del pueblo, y los postulados de la Revolución pensando en una nueva patria, más justa más democrática.
En ninguna parte del mundo ha estada tan profundamente unida la historia de la tierra y la historia del hombre. Tierra y hombre forjaron en México un lugar común, la historia de nuestra patria y la ruta del pueblo que sigue esperando y la paciencia se le agota.
Hidalgo, Morelos, Allende rompieron para siempre las cadenas que oprimían el valor fundamental de los mexicanos: su libertad.
Si Hidalgo representa el perfil y atributos de un héroe. Esa virtud esta expresada en dos banderas levantadas durante la guerra de emancipación: el decreta contra la esclavitud, promulgado por el padre de la patria, 20 anos antes que lo hiciera Lincoln con la redención de los negros que sufrían esclavitud y eran dominados a latigazos. El primer decreto agrario fue firmado por Don Miguel Hidalgo y Costilla el 5 de diciembre de 1810, cuando dispuso se entregará a la caja nacional el dinero de arrendamiento de las tierras de los naturales y que jamás, nunca jamás vuelvan ha ser rentadas, “porque su voluntad es que las tierras sean para goce exclusivo de los pueblos” Morelos como discípulo de Hidalgo en el Colegio de San Nicolás, se forjaron en el crisol de los ideales de la libertad, levantando el evangelio de la causa agraria proclamaron:
El repartimiento de los bienes de las comunidades, tierras, ganado y dinero ha de hacerse con tal economía y proporción que a nadie haga rico en particular y todos sean beneficiados en general.
Pasarían 100 anos después del movimiento de Independencia, para que Zapata retomara la bandera de la tierra. Ni Hidalgo ni Morelos pudieron hacer mucho por consolidar la libertad de la tierra de su patria, porque ellos no consumaron el triunfo de la independencia. Los ideales de Hidalgo, se consumen en una guerra por la libertad. Y la lucha de Morelos, brilló luchando por la Revolución de la justicia.
Después de 100 anos de vida independiente, culmino el mandato de una dictadura que azotaba a los peones, a latigazos.
La vida y la lucha de Zapata, es la lucha por la justicia a su pueblo, que viene de siglos. Después de una larga historia de litigios e injusticias que marco la vida de Anenecuilco, que repite la historia de despojos a que estuvieron sometidas las tierras de todos los pueblos. Por eso Zapata, hijo y campesino de Anenecuilco, recogió́ las ansias de justicia de su pueblo.
Zapata, al rebelarse contra Madero, abrazó en el primer capítulo del Plan de Ayala, los postulados agrarios del Plan de San Luis. Pero, además, el Plan de Ayala aprobó́ no solamente la obligación de restituir terrenos, montes y aguas que hubiesen sido usurpados, sino que declaró la necesidad de entregar tierras y aguas a los desposeídos. Con ello, Zapata señaló́ en su plan revolucionario las dos acciones fundamentales de la Reforma Agraria: la restitución y la dotación de tierras.
Carranza, en marzo de 1913 lanza el Plan de Guadalupe, solo declaró en el, el desconocimiento a la usurpación y al derrocamiento del gobierno espurio de Victoriano Huerta. Fue hasta 1914-, cuando se adicionó dicho Plan, en Veracruz, dando facultades al jefe del Ejercito Constitucionalista para expedir leyes y disposiciones encaminadas a dar satisfacción a las necesidades económicas del pueblo; entre ellas, la de entregar tierras a los campesinos.
Se funden el ideal y la obra de Carranza, Madero y Zapata, si la lucha un día los separó en los campos de batalla, la muerte los unió́ en los altos destinos de la patria. Después de muertos, ellos combaten al lado de su pueblo, abanderan las causas justas de su historia. Las grandes conquistas de la Revolución, están selladas por cada una de sus tumbas.
La muerte de Madero, señala el nacimiento de la democracia. La muerte de Carranza, anuncia la vida de la Constitución. La muerte de Zapata, convierte la entrega de la tierra, en la entrega de la patria al pueblo.
Zapata vive y sigue cabalgando en espera de la redención y la nueva justicia social.
El autor es Director General Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer
Mundo.