Si bien el año 2023, será el último periodo para poder reencauzar la política de seguridad pública y nacional, de la actual administración del Gobierno Federal, también es importante hacer notar que existen una serie de retos que pueden definir el margen de acción del presidente Andrés Manuel López Obrador en su quinto año de gobierno, citemos algunos de ellos:
La probable recesión global económica del 2023. Desde mediados del 2022, los focos rojos se han puesto en las tasas de crecimiento del PIB de los Estados Unidos de América, que mostraron una desaceleración del ritmo del crecimiento esperado. En los hechos, instituciones como el Banco Mundial prevén que el crecimiento de nuestro vecino del norte puede ser de sólo 0.2% para este 2023, en el caso más severo. Frente a este contexto, los bancos centrales de todo el mundo reaccionaron con un aumento simultáneo de las tasas de interés para responder a la inflación, el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial, en las economías desarrolladas, así como una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo. En el caso de México, es probable que nos encontramos más del lado de los desequilibrios económicos, que de la estabilidad. Una recesión económica, en el contexto de la zona de Tratado México, Estados Unidos y Canadá, significaría una contracción de la economía de nuestro principal socio comercial y destino de exportación.
En ese sentido, menos dinero fluiría para las industrias nacionales, así como ingresos públicos para el gobierno, empresas y ciudadanía. La falta de recursos puede ser un difícil reto para la extensa política pública que tiene el gobierno de la 4T, así como en sus programas centrales como Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro o el Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. En los hechos, gran parte del electorado y ciudadanía que apoya de forma incondicional al presidente se debe a la extensa cobertura de la política social de la que son beneficiarios. Por esta razón, en caso de una recesión, esta condición podría comprometerse, de aras del impacto que sufrirían estos sectores beneficiados.
La inercia del Ejecutivo ante el Legislativo, Poder Judicial y Organismos Autónomos. 2022 fue un año desafortunado para el presidente para consolidar sus reformas estructurales clave. El fracaso fue tajante durante el mes de abril para modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, y acabó en una agria derrota legislativa para el líder del ejecutivo más votado en la historia de México, pero que, a diferencia de sus antecesores, se le negó una reforma constitucional. En el mismo sentido, su cruzada en contra de Lorenzo Córdova y el Instituto Nacional de Elecciones (INE) no surtió los efectos esperados, y convocó a una primera movilización de una marcha que mostró el descontento de la ciudadanía, frente al cual, en un acto narcisista, convocó a una movilización ciudadana para mostrar que son más los fieles a la 4T que sus detractores. Por último, el caso de éxito sería la movilización de la Guardia Nacional a la SEDENA, que con el decreto del 18 de noviembre en el DOF. Sin embargo, en los hechos, esta transición no se ha culminado del todo.
Si hablamos de inicios de este 2023, su intentó de posicionar a una ficha fiel a su gobierno en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pieza clave del equilibrio de poderes, también falló por el escándalo del plagio de la tesis de licenciatura de la ministra Yasmin Esquivel. El cuál tuvo como epicentro el medio Latinus, y la pluma de Guillermo Sheridan como arma de batalla. La resolución está hecha, la ministra Esquivel está desprestigiada, la UNAM está pendiente de imponer un Comité de Honor y Justicia ante el caso, y la presidencia de la SCJN ha quedado en los hombros de la ministra Norma Lucía Piña Hernández. En este contexto, más que un amplio margen de maniobra, pareciera que el presidente López Obrador deberá gobernar sin la posibilidad de querer aplicar grandes cambios. En los hechos, ni él mismo ha citado que queden reformas importantes en su gobierno, que se interrelacionen con otros poderes de la unión u organismos autónomos.
La movilización del aparato gubernamental para la conquista del Estado de México y Coahuila. Si bien el presidente tiene las manos atadas, en el marco del nivel de gobierno federal, en el ámbito de la política local, la situación podría ser completamente diferente. Dos entidades vivirán procesos de elección de gobernador y del congreso local, que pueden significar un ápice de éxito para Morena y la 4T, los cuales son: el Estado de México y Coahuila. Ambas entidades priistas, de ser arrebatadas de la fuerza tricolor podrían significar un golpe letal para el partido que durante el siglo XX consolidó la estructura del sistema político mexicano. En los hechos, la trascendencia de Coahuila es menor, a razón de que sólo cuenta con tres millones de habitantes, y un poco más de un millón de electores. Sin embargo, esa pequeña entidad en el norte del país demostró su potencial para brindar recursos económicos en el marco de las contiendas electorales, durante los gobiernos de los hermanos Moreira y el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Por otra parte, la verdadera lucha, será por conquistar el Estado de México. La entidad más grande del país, que, con 16 millones de habitantes, es el pastel político más importante de la federación. Desde hace algunos meses, Delfina Gómez, la elegida para conquistar la gubernatura, dejó sus responsabilidades ante la SEP en aras de prepararse para la contienda. El gobierno de Alfredo del Mazo está intentando una contra ofensiva, un tanto desesperada e inédita, al posicionar a Alejandra del Moral Vela, la primera mujer postulada por el PRI mexiquense y el grupo Atlacomulco, en ser candidata a gobernadora. En el ámbito de la opinión pública local, Del Mazo ha sido un personaje gris, lejano y de poca presencia política. Se augura, más que una lucha aguerrida ante el presidente y Morena por conservar el Estado, éste entregue el Estado de México de forma semejante que lo hizo Claudia Pavlovich en Sonora, y Carlos Miguel Aysa González, en Campeche. No es descabellado pensar, que veamos a un Del Mazo como Embajador o Cónsul en algún país extranjero. De ser este el escenario, el golpe sería tremendo para el PRI, y Morena se alzaría con uno de los triunfos más importantes de este sexenio.
Abordemos estos temas de momento queridos lectores. Veamos qué más trae este año.